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#Oligopoly |
La conclusión del reportaje viene a ser que media docena de grandes empresas, actuando en forma de oligopolio favorecido indirectamente por el gobierno, obtienen grandísimos beneficios a costa de subir los precios, perjudicando el interés general, haciendo que nuestra economía sea menos competitiva y encareciendo el coste de la vida para el ciudadano. El gobierno podría intervenir para cambiar o regular esta situación, pero no lo hace debido a los intereses e influencias recíprocas que tiene con respecto a las grandes empresas.
A) El oligopolio del sector energético de España
Los recibos de la luz en España son los terceros más caros de Europa, sólo por detrás de Chipre y Malta. Los españoles pagamos en cada factura de electricidad una serie de sobrecostes que nada tienen que ver con el consumo eléctrico, y que en la mayoría de casos son absolutamente desconocidos para el consumidor final.
¿Qué sobrecostes incluye la factura eléctrica en España?
Las facturas de la electricidad en nuestro país incluyen 2 conceptos fundamentalmente: por un lado está la cantidad de energía consumida al precio fijado por kilowatio, y por otro, una serie de costes a mayores (que no han hecho más que incrementarse en los último años) cargados por las compañías eléctricas y en cuyo origen tienen que ver las decisiones tomadas por el gobierno. Son los llamados «peajes de acceso», que incrementan la factura en concepto de los gastos de transporte y distribución de la electricidad + una serie de primas (subvenciones) para fomentar el uso de energías renovables + una tarifa para grandes empresas industriales + el pago del «déficit de tarifa» + la «moratoria nuclear» + extras peninsulares para llevar la electricidad a las islas, Ceuta y Melilla.
La mayor parte de estos conceptos que engrosan los «peajes de acceso» son subvenciones y deudas que el gobierno de turno ha ido adquiriendo con las compañías del sector eléctrico en cada momento. Así por ejemplo, el concepto de la «moratoria nuclear» incluye una serie de indemnizaciones que el gobierno debe a las compañías eléctricas por paralizar la instalación de nuevas centrales nucleares concedidas por anteriores gobiernos.
O el «déficit de tarifa», que va cargando en cada factura una pequeña parte de la enorme deuda acumulada en años por la diferencia entre el coste real que a las compañías eléctricas les cuesta producir la energía, y el precio de venta de la luz fijado de forma contenida por el gobierno de turno para evitar subir las tarifas directamente, y perder así votos de los ciudadanos. Para un gobierno hay pocas cosas más impopulares que subir la tarifa de luz, y para evitarlo se ha creado este déficit tarifario que España arrastra desde hace más de 10 años.
Es decir, el déficit tarifario es una enorme deuda (de 24.000 millones de euros desde el año 2000) que se ha ido generando durante años para evitar subir directamente la tarifa de la luz al ciudadano, y esa deuda va siendo pagada igualmente por los ciudadanos pero de una forma desfasada en el tiempo a través del concepto de «déficit de tarifa» en cada factura de la luz.
Este concepto fue implementado por Rodrigo Rato en el año 2000. La deuda del «déficit de tarifa» es comercializada además por las compañías eléctricas a través de los bancos, con lo que realmente los ciudadanos debemos gran parte de esos 24.000 millones no a las compañías eléctricas, sino a los bancos e instituciones financieras.
- Las 3 grandes eléctricas españolas, Gas Natural, Endesa e Iberdrola sumaron en 2011 un beneficio neto de 6.341,5 millones de euros, un 22,6% menos que en 2010.
Así por ejemplo, Gas Natural Fenosa Generación le vende la energía a Gas Natural Fenosa Distribución y lo mismo ocurre con las demás compañías. De esta forma, vendedor y comprador de energía son el mismo grupo empresarial, y con ello se facilita la realización de prácticas abusivas propias de un mercado oligopolístico, fundamentalmente:
- 1) Fijar un alto margen ya sea en el segmento de la generación y/o distribución (y con ello un alto precio que deberá pagar el usuario final de la luz) para obtener mayores beneficios.
- 2) Fijar un precio muy bajo (incluso por debajo del coste) en alguno de los 2 segmentos (generación o distribución) en caso de que interese expulsar a un posible competidor, pues al ser el mismo grupo empresarial, lo que pierde la generadora lo gana la distribuidora y viceversa.
B) El oligopolio del sector petrolero de España
La gasolina en España no es de las más caras de Europa, debido a que los impuestos sobre hidrocarburos aplicados en nuestro país son de los más bajos de toda la unión. Sin embargo, la gasolina en nuestro país tampoco es de las más baratas, debido fundamentalmente a que el margen que obtiene una petrolera en España es muy superior al que obtiene en otros países de nuestro entorno.
Esta situación lleva a que 3 grandes empresas petroleras obtengan unos magníficos resultados económicos al conseguir una muy alta rentabilidad por cada litro de gasolina vendido.
¿El sector petrolero español es realmente un mercado de libre competencia?
Al igual que en el caso de la electricidad, de nuevo se repite la situación de oligopolio: cuando España ingresa en el mercado común en 1986, desde Europa le ponen una condición, y es que a partir del 93 debe haberse acabado el monopolio del mercado de petróleos que estaba en manos de CAMPSA.
Sin embargo, según se realizó la desmonopolización, se fueron repartiendo los activos de CAMPSA a 3 empresas: Repsol, CEPSA y la británica BP, las cuales han ido formado una situación de oligopolio, pudiendo manejar el sector según sus intereses y pactar los precios para maximizar sus beneficios.
La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia ha denunciado en varias ocasiones que estas petroleras han pactado precios, y de hecho han sido sancionadas por el Tribunal Superior de Defensa de la Competencia en reiteradas ocasiones. El problema, al igual que en el caso de las eléctricas, es que las sanciones resultan ridículas en relación a la cifra de negocio y beneficios que obtienen las petroleras.
Las empresas petroleras suministran gasolina a las estaciones de servicio, las cuales suelen ser propiedad de pequeños empresarios independientes (aunque hay otros formatos de explotación, como el caso de que éstas sean propiedad de la misma petrolera, o bien estén siendo gestionadas en régimen de franquicia). El caso es que la petrolera firma un contrato de suministro y explotación con la estación de servicio por una serie de años, y a través de éste, la empresa petrolera proveerá en exclusiva a esa gasolinera.
En el siguiente gráfico se puede observar un estudio sobre la evolución de los márgenes que se reparten petroleras y propietarios de estaciones de servicio desde 1995. La línea roja representa el margen total del mercado y la verde es la comisión que la petrolera paga a la estación de servicio. La distancia entre ambas líneas (la diferencia entre el margen obtenido en la venta de gasolina menos la comisión pagada al gasolinero) viene a ser el margen final que obtiene la compañía petrolera, y que como se observa presenta una marcada tendencia creciente, incluso en los años de crisis económica, que es cuando más se ha acentuado su crecimiento.
Llama la atención un año en el que la línea roja presenta un gran descenso: fue el año 2000, cuando el ministro de economía, Rodrigo Rato, forzó a las petroleras a bajar los precios para que España pudiera entrar en el mercado común de la Unión Europea, ya que la inflación debía de estar por debajo de un determinado nivel. Esto pone de manifiesto que el precio de la gasolina también responde a decisiones políticas, y que existe una relación estrategico-política entre las 3 grandes petroleras y los gobiernos de España.
En el gráfico también llama la atención que a partir del año 2007, coincidiendo con el inicio de la crisis, el precio de la gasolina se dispara (la línea roja acentúa su tendencia creciente). Esto es debido a que en 2007 se produce un gran descenso de las ventas como consecuencia de la situación económica que ha empezado a atravesar el país, y la decisión tomada por las petroleras es la de incrementar sensiblemente el precio de venta y su margen para intentar ganar lo mismo vendiendo menos cantidad (menos rotación, pero con más margen).
En el periodo de crisis entre 2007 y 2012, las petroleras han incrementado sus márgenes en torno a un 29%, lo que unido al incremento del precio del petróleo explica el aumento acumulado del 75% del precio de la gasolina que han experimentado los consumidores.
En el mercado español existe una posición de dominio de 3 empresas fundamentalmente (Repsol, CEPSA y BP) que suministran al 83% de las gasolineras, lo que les permite fijar precios e incrementar sus márgenes.
Al igual que ocurría en el caso de las compañías eléctricas, las grandes petroleras españolas obtienen unos enormes beneficios pero a costa de perjudicar el interés general, ya que al poner la energía más cara están haciendo a nuestro país y a nuestras empresas menos competitivas. Grandes compañías petroleras como Exxon Mobil, Texaco, Total Fina, Shell o Agiphan estado en el mercado español durante algún tiempo, pero finalmente se han ido, ya que los puntos de venta buenos están copados por las 3 grandes compañías a través de contratos de larga duración, llegando a la conclusión de que el mercado español no era atractivo dada su peculiar estructura.
¿Quiénes son los propietarios de estas grandes empresas?
1) ENDESA
En el caso de Endesa, la mayor compañía eléctrica de España, desde el año 2010 el accionista mayoritario es la eléctrica italiana semipública Enel. Hasta ese momento Endesa cotizaba en la bolsa española, y tenía entre sus accionistas de referencia a la constructora Acciona y Caja Madrid.
La venta de Endesa a Enel se produjo dentro del marco de las polémicas decisiones del gobieno de José Luis Rodríguez Zapatero en el año 2010, cuando la eléctrica alemana E-On había anunciado su interés en comprar Endesa, y para evitarlo finalmente se dio entrada de forma mayoritaria a la empresa italiana, perdiendo España el control sobre otra empresa estratégica para su economía.
Hay un concepto escondido en el recibo de la luz que está pasando de alto mucha gente, precisamente porque está escondido, y es el «coste de la gestión de los residuos radiactivos». Éste coste lo pagamos todos los ciudadanos en el recibo de la luz, o sea, que después de pagar el Kw al precio que marcan las eléctricas, que se supone engloba todos los costes de producción mas el margen de beneficio, a las propietarias de centrales nucleares les estamos pagando, y muy caro, los costes de gestión de los residuos que producen. Una tomadura de pelo.
Éste coste representa casi cinco veces mas en porcentaje al de las primas a las renovables.
Pero claro, no interesa que la ciudadanía se entere de éstas cosas, por eso no aparece el concepto «gestión de residuos radiactivos» en el recibo de la luz. Porque ¿qué ciudadano no estaría dispuesto a seguir pagando los mismos porcentajes si los importes resultantes fuesen destinados íntegramente a las renovables? Y que las propietarias de las nucleares se hagan cargo de sus residuos. De ésta manera podríamos retomar con mayor impulso la implantación de las renovables y volver a ser los primeros de Europa en producción y tecnología, además de ir cerrando las nucleares hasta eliminarlas todas. Realmente no las necesitamos.
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En el mercado español existe una posición de dominio de 3 empresas fundamentalmente (Repsol, CEPSA y BP) que suministran al 83% de las gasolineras, lo que les permite fijar precios e incrementar sus márgenes. Al igual que ocurría en el caso de las compañías eléctricas, las grandes petroleras españolas obtienen unos enormes beneficios pero a costa de perjudicar el interés general, ya que al poner la energía más cara están haciendo a nuestro país y a nuestras empresas menos competitivas. Grandes compañías petroleras como Exxon Mobil , Texaco , Total Fina , Shell o Agiphan estado en el mercado español durante algún tiempo, pero finalmente se han ido, ya que los puntos de venta buenos están copados por las 3 grandes compañías a través de contratos de larga duración, llegando a la conclusión de que el mercado español no era atractivo dada su peculiar estructura.¿Quiénes son los propietarios de estas grandes empresas?1) ENDESA En el caso de Endesa, la mayor compañía eléctrica de España, desde el año 2010 el accionista mayoritario es la eléctrica italiana semipública Enel . Hasta ese momento Endesa cotizaba en la bolsa española, y tenía entre sus accionistas de referencia a la constructora Acciona y Caja Madrid . La venta de Endesa a Enel se produjo dentro del marco de las polémicas decisiones del gobieno de José Luis Rodríguez Zapatero en el año 2010, cuando la eléctrica alemana E-On había anunciado su interés en comprar Endesa, y para evitarlo finalmente se dio entrada de forma mayoritaria a la empresa italiana, perdiendo España el control sobre otra empresa estratégica para su economía.
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Un aval, como a otros El mercado bancario ahora sólo acepta emisiones de deuda a precios muy altos o con aval estatal. Por eso las eléctricas piden este último mecanismo. El Gobierno no ha dudado en aplicarlo a otros sectores, como el financiero. ¿Por qué no al eléctrico?
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Además, en la subasta trimestral del mercado (hay una diaria y otra trimestral), no solo participan las eléctricas, también lo hacen los agentes financieros, como los bancos, banca comercial, o banca de inversión, los cuales negocian con el precio de la electricidad, y actúan de intermediarios entre las compañías eléctricas y el Estado, esto implica un sobre-coste de 500 millones de euros anuales (dividido entre 23 millones de consumidores aproximadamente, son unos 22€ por consumidor).
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